COLORES Y SENSACIONES

Blanco: Genera sensación de libertad y espacio abierto, aporta vitalidad y fuerza. En paredes muy grandes crea un entorno frío y solitario.

Azul: Refresca y relaja, especialmente el oscuro (como el cielo del atardecer). Agranda las habitaciones. Es adecuado para aposentos calurosos y dormitorios.

Amarillo: Alegra, anima y ayuda a estar despierto.

Gris: Se asocia con evasión y autosuficiencia.

Lila: Estimula la creatividad y la actividad. Puede dar un aire de lujo o de misterio.

Negro: Empequeñece las habitaciones. Puede transmitir inquietud o cansancio. Combinado con el rojo aporta energía.

Ocres y colores terrosos: Transmiten tranquilidad y armonía.

Naranja: Alegre y desenfadado, tonifica y dinamiza. Hace tener hambre, así que algunos restaurantes lo usan por eso.

Verde: Los tonos suaves generan sensación de comodidad, reposo y calma (es el color más dominante en la Naturaleza) se suelen usar en escuelas y hospitales; los apagados, como el verde oliva, generan sensación de dejadez.

Rojo: Es el color de la acción, da calidez y estimula el movimiento. Al cabo de un tiempo puede provocar cansancio. Algunos establecimientos de comida rápida lo usan para incrementar la rotación de clientes.