Para forrar bien un libro

En los de cubiertas muy blandas, pongamos forros no adhesivos de plástico un poco grueso para dar rigidez a las cubiertas y protegerlas de golpes. Si el plástico no es suficientemente grueso, no cumple bien su función y con el calor, su tacto se vuelve desagradable. Evitemos que la cinta adhesiva que sujeta el forro toque el libro.  

Para los de cubiertas duras podemos hacer servir papel, preferentemente sin tinta, para no manchar el libro ni mancharnos les manos. Así, si queremos, podemos hacer servir este espacio para tomar notas sobre la obra.  

Podemos reutilizar los forros para otros libros, o como papel borrador (los de papel).