En un taller náutico, como en otras instalaciones, se usan productos de limpieza para las instalaciones y para sus productos, en este caso, las embarcaciones. El problema del vertido de las aguas de limpieza no es solamente la carga contaminante correspondiente a la suciedad, sino que los mismos productos de limpieza pueden causar graves problemas en el entorno, en caso de ser vertidos directamente al medio ambiente, o en el funcionamiento de una estación depuradora.

En muchas ocasiones se usan productos basados en el amoníaco que fácilmente superan los límites permitidos de vertido de amonio al alcantarillado.

El producto más usado en la limpieza son los detergentes. Estas sustancias son denominadas como tensoactivas, porque alteran la tensión superficial de los líquidos, especialmente del agua. Su estructura singular de iones orgánicos especiales ayuda a desprender la suciedad que el agua no puede eliminar por sí sola.

Muchos detergentes han utilizado, como agente formador, un aditivo de fosfato. Éste regula el pH básico necesario para la acción del detergente, reacciona con calcio y magnesio para que no interaccione con su eficacia y limite su acción limpiadora. Además, los fosfatos ayudan a mantener la grasa y el polvo en suspensión para ser eliminadas durante la limpieza.

No obstante, los problemas empiezan cuando se vierte el detergente fosfatado, ya que la mayoría de las plantas depuradoras de tratamiento de aguas no están diseñadas para eliminar fosfatos y, por lo tanto, éstas se trasvasan al medio ambiente acuático.

Existen otros detergentes que se usan unos enzimas de carácter proteínico como aditivos para mejorar su rendimiento. Éstos son detergentes denominados detergentes biológicos.

Muchos detergentes se autodefinen como biodegradables. Debe tenerse en cuenta que esta biodegradibilidad se ve limitada si estos detergentes se encuentran en el agua en exceso.

2. Resumen de la problemática

- Tras las tareas de mantenimiento o reparación realizadas en los talleres náuticos o en puertos deportivos, en muchas ocasiones se realizan acciones de limpieza utilizando productos de forma inadecuada y vertidos al alcantarillado sin tener en cuenta la carga contaminante de éstos.

- Uso de productos basados en amoníaco, que pueden elevar la concentración de amonio de las aguas residuales y sobrepasar el límite legal permitido.

- En el medio ambiente, una elevada concentración de detergentes con fosfatos puede generar los siguientes problemas:

o Toxicidad en la agricultura: detergentes en aguas de riego pueden inhibir el crecimiento de forma importante.

o Toxicidad en sistemas acuáticos: ésta puede ser de mayor o menor grado según la sensibilidad de la especie respecto a los componentes del detergente, a su tamaño (la formación de burbujas puede ser muy perjudicial para organismos pequeños, que pueden quedarse atrapados) y a otros factores del medio ambiente.

o Eutrofización: Un excesivo crecimiento de algas o plantas acuáticas, debido a la gran cantidad de nutrientes aportada, cubriendo la superficie del agua e impidiendo el libre intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. Al morir, estos organismos se descomponen consumiendo el oxígeno presente, hasta que éste se agota y la descomposición se realiza de forma anaerobia, resultando productos secundarios como metano, amoníaco, ácido sulfhídrico y otros compuestos que confieren al agua un olor desagradable. Los organismos que no estén capacitados para vivir en ambientes anóxicos morirán por asfixia.

- En una planta depuradora, una elevada concentración de detergentes con fosfatos puede generar los siguientes problemas:

o Formación de espumas: causan problemas de proceso, ya que afectan a la sedimentación primaria, reteniendo partículas en las burbujas. La espuma también dificulta la dilución de oxígeno atmosférico y el intercambio de gases, provocando problemas de anoxia.

o Los detergentes alteran los procesos de tratamiento de aguas residuales, cambiando los niveles de DBO, causando efectos corrosivos en las partes mecánicas de las plantas e interfiriendo en el proceso de cloración.

- Los denominados detergentes biológicos, basados en enzimas activos, no implica que su uso desmedido no comporte consecuencias. En ecosistemas acuáticos, estos productos pueden causar daños en los seres vivos presentes, por acción directa sobre ellos o sobre los nutrientes que componen su dieta.

- El fósforo es uno de los elementos vitales necesarios para el crecimiento de cultivos alimenticios. Las fuentes de obtención de fósforo son limitadas y un uso desmedido de fosfatos comporta un malgasto de uno de los recursos más importantes de la natura.

- Las aguas residuales procedentes de la limpieza con productos basados en amoníaco, pueden contener una notable carga contaminante de amonio, que fácilmente puede sobrepasar el límite de la normativa medioambiental. A pesar de ser un nutriente, un exceso de amonio en las aguas residuales puede no ser correctamente depurado en la EDAR y en el medio ambiente acuático puede afectar a los organismos, ya que interfiere en el transporte de oxígeno por la hemoglobina.

3. Buenas prácticas

- Utilizar detergentes ecológicos, libres de fosfatos y sustancias tóxicas.

- Evitar el uso de productos de limpieza basados en el amoníaco.

- Utilizar el mínimo detergente necesario.

- Realizar tareas de limpieza en áreas habilitadas, tanto en los talleres como en los puertos, evitando que se viertan directamente en el entorno.

- Tomar las medidas necesarias para evitar el vertido de detergente en el mar.

- Mantener las superficies de trabajo limpias para evitar que los restos vayan al agua.

- Los residuos generados en estas tareas deben gestionarse correctamente y depositarse en los contenedores adecuados: